Shame

Aún hoy en día las adicciones no son tomadas todo lo en serio que deberían en nuestra sociedad. Se ven como pequeñas faltas, muchas veces hasta como simpaticos incidentes que nos ayudan a pasar el día a día. Pero el ser una persona adicta no tiene ninguna gracia, aunque sea al sexo como nos relata Steve Mcqueen en su última película.

En ella conocemos a Brandon un ejecutivo asentado que no es capaz de pasar más de una hora sin llenar su cabeza con sexo en cualquiera de sus variables posibles, ya sea por internet, por revistas, por autosatisfacción o por supuesto por consumación. El sexo no visto como una meta o una satisfacción sino como un alivio momentaneo e insuficiente.

Me gusta de la película como muestra que cada uno cargamos con nuestros demonios, en mayor o menor medida y como el darle salida de forma irracional es una vía de escape más común de lo que estamos dispuestos a admitir.

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