Lo quieres, lo tienes


Lo quieres, lo tienes asi rezaba un anuncio de Banesto hará ya 7 u 8 años. Lástima que no haya podido encontrar el cartel en internet, en el se veia a un hombre con cara de codicioso tarjeta en mano y con la cara pegada a un cristal de una tienda en la que había una videocamara creo.

Me pareció horrendo, en aquel momento fue solo por el aspecto romántico que siempre le he encontrado a conseguir algo, el "sacrificio" de ir ahorrando y privandose de cosas hace que realmente merezca la pena cuando llega el momento de disfrutar lo que has ido persiguiendo.

Ahora ya con más cabeza pues ve uno la trampa que acarrea todo esto, las entidades te intentan convencer con financiaciones minimas, 20 euros al mes cosa asi, te hacen creer que lo vas a pagar "sin darte cuenta" Nada más falso, supongo que cuando a fin de mes te lleguen todas las facturas lo que debería ser una alegria y un disfrute se convierte en una maldición.

Nos enseñan un modo de vida y un status que deberiamos alcanzar, todo lo que no sea llegar allí nos debe de hacer parecer miserables. Por eso supongo que muchas familias se endeudan hasta la médula, por el "que dirán"

Practicamente nadie tenemos la oportunidad de vivir en esos magnificos hoteles y similares que aparecen en esos reportajes-anuncios que te cuelan en el telediario de Antena 3, pero no por eso tenemos que sentirnos ni mucho menos miserables.

Alien, el octavo pasajero

Hace un año colaboré durante un tiempo escribiendo reseñas de películas para un blog relacionado con La Rosa de los Vientos, como allí ya no estan públicadas y ahora tengo poco tiempo aprovecharé para ir colgando por aqui unas cuantas.

La película nos sitúa en la nave espacial comercial Nostromo durante su regreso a la tierra. Los tripulantes están hibernando cuando de repente el ordenador central los despierta al recibir una señal de radio proveniente de una nave cerca de ellos. Deciden bajar a investigar y uno de ellos es atacado por una pequeña criatura desconocida que se le queda fijada a la cara. Al regresar al Nostromo la criatura empieza a desarrollarse y a intentar matar a los tripulantes.

Un joven Ridley Scott encaraba su segundo film, tras la interesante “Los duelistas”. Se trata de un film de terror del que resaltan grandes virtudes. Una de las mayores es el gran diseño de los entornos donde se mueven, consigue un escenario asfixiante y opresivo donde dos especies se batirán por su mera supervivencia. El diseño del Alien por el recientemente fallecido Stan Winston también esta muy conseguido presentandonos un bicho a la vez fascinante y aterrador.

Scott rueda la película al mas puro estilo de los maestros de los años 50 del cine de ciencia-ficción – la llamada segunda edad de oro del cine fantástico- cuando tenían pocos medios y el terror era más bien sugerido. No inventa nada pero usa muy bien los recursos que tiene a su alcance, mucho decir para muchas pelis de hoy en día. Así durante las dos horas que dura el film solo vemos al Alien en tres ocasiones y solo en la última lo vemos de cuerpo entero. Durante el resto del tiempo juega con los sonidos, con la excelente música de Jerry Goldsmith y con la posición de la cámara para causar miedo. Incluso hay un momento en el que uno de los mecánicos esta buscando el Alien y se queda parado en un sitio donde empieza a gotearle agua y es un momento aterrador sin necesidad de sonido ni música.

Es destacable el papel de heroína que encarna Sigorney Weaver, por aquel entonces no era común que una mujer fuera la protagonista de una película de este estilo.

Más tarde le siguieron varias secuelas todas ellas dirigidas por buenos directores aunque con distinto resultado. La segunda llamada “Alien: El regreso” dirigida por James Cameron se ajusta a toda premisa de lo que debe ser una secuela o sea el “mas, mas, mas” pero gracias a seguir la línea de terror de la primera es una buena película. Se le nota también mucho la herencia de películas de los años 50, los nidos de Aliens son exactamente iguales que los de las hormigas de “La humanidad en peligro” (1954). La tercera y la cuarta dirigidas por David Fincher y Jean-Pierre Jeunet no son malas películas aunque el nivel baja bastante.

Terror in a Texas town


El talento esta en saber el material que tenemos en nuestras manos y consecuentemente sacarle todo el provecho que podamos. Esto en el mundo del cine puede valer tanto para pequeños presupuestos, como para grandes.

El caso que nos ocupa es pequeño y se trata de uno de los nombres más reividicables de la Serie B norteamericana, Joseph H. Lewis. En 1958 dirigió un western que partia de una premisa mil y una veces explotada, el terrateniente adinerado que desea poseer un territorio y que para expulsar a los propietarios no duda en usar todo lo que esta a su alcance. Lo particular de esta película es que el presumible duelo entre el irreductible propietario y el pistolero que quiere matarlo consiste en un imigrante sueco que no domina las armas pero que es diestro en el manejo del arpón contra un malvado y torturado manco.

En primera instancia tiene todo para echarnos a temblar ante el disparate pero Lewis sabe manejarlo todo, saber ser sobrio con la camara, mostrarnos cosas con sus movimientos y que nos tomemos en serio lo que estamos viendo. Por eso cuando acaba la película nos queda un muy buen sabor de boca con algo que partía de muy poco.

Mención aparte merece uno de mis actores preferidos de la época y que por su capacidad interpretativa quizás hoy no fuera más que un Dolph Lundgren o un Chuck Norris, pero al igual que Lewis conocía muy bien sus límites y sabía escoger buenos papeles a los que podía adaptarse. Eso llevó a Sterling Hayden a aparecer en grandisimas películas como Jungla de asfalto, Johnny Guitar, Atraco Perfecto, El padrino, Noveccento, o Telefono rojo

En la ciudad de Sylvia


Para En la ciudad de Sylvia Jose Luis Guerín toma como espejo los clásicos para realizar la busqueda de su mujer ideal. Su base son la Laura de Petrarca, la Beatriz de Dante o la Silvia de Nerval por ejemplo, aunque no importa no saber nada de esto, es un sentimiento de estos que podemos considerar universal.

La película esta divida en tres dias, el primero es un día normal, tranquilo, donde todo transcurre sin sobresalto.

El segundo día es el meollo de la cuestión y por tanto el más largo con diferencia. En él nuestro protagonista (sin nombre) esta en un café dibujando las siluetas femeninas que encuentra a su alrededor cuando descubre a una chica que le atrae de verdad. De estas chicas que sin mediar palabra, solo con sus gestos o su mirada son capaces de hacernos sentir algo diferente. Ella se levanta y el la sigue por toda la ciudad. Llegado un punto la llama pero no obtiene respuesta. Más tarde incluso se atreverá a hablarle para decirle que la conoce de otro sitio pero ella lo niega. Es nuestra eterna busqueda de la belleza, seres amados sin ser conocidos que nos dan juego a ponerles todas las virtudes que podemos imaginar porque rara vez llegamos a conocerlos. Se repiten en distintos lugares aunque significan una misma cosa. Me parece un acierto total el procurar rodarlas como hace siempre Guerin, de espaldas. Nos muestra más la uniformidad de este amor platónico y nos oculta el misterio del rostro.

El tercer día es un breve recorrido por los lugares comunes del dia anterior donde una simple imagen o un simple sonido nos hacen revivir todo lo sucedido.

Hoy también he tenido la ocasión de ver Unas fotos en la ciudad de Sylvia, una película breve de 67 minutos rodada a base de fotografías y sin sonido, con unos intertitulos que nos ayudan a hacer un recorrido por todo este mito que nos propone Guerín.

En una sociedad como esta donde cada vez somos más amantes de lo crudo, lo realista y visceral no esta mal abandonarse a la poesía de vez en cuando

10 minutos


Hacia mucho que no traia ningún corto y que mejor que este periodo ajetreado de examenes de ahora mismo para degustar placeres en versión pequeña.

10 minutos fue premiado en 2002 como mejor corto europeo y nos cuenta de una forma bastante particular dos formas bastante diferentes de emplear ese tiempo..

Sin duda lo más destacable es la escena de Bosnia rodada en un solo plano secuencia (o sea rodada sin cortar de rodar y con la camara moviendose para todos lados) que me atreveria a decir que esta a la altura de las mejores rodadas hasta la fecha como por ejemplo el principio de Sed de mal o el principio de la irregular Snake Eyes donde Brian DePalma rodaba media hora seguida sin pestañear.

Espero que os guste