J. Edgar

Cuando uno habla de Clint Eastwood mínimo debería ponerse de pie, ejemplo claro de la madurez de un artista (que al principio no era ni mucho menos) que ha sabido jugar con las reglas del juego participando en películas realmente sonrrojantes solo para adquirir una posición y a partir de ahí guisarselo y comerselo (o sea producirselo) él todo.

Nunca exito de taquilla rimbombante pero nunca fracaso sus películas de los últimos 20 años son historia viva, como muchas otras anteriores, pero estas quizás escondidas entre films muy comerciales. Ha llegado hasta un punto donde ha podido hacer el biopic de todo un jefazo del FBI durante 48 años como le ha dado la gana.

J. Edgar fue hombre recto, serio, innovador pero obtuso hasta la médula. Hasta tal punto que se negó su propia felicidad porque no era del modo que su madre le había enseñado. Ejemplo claro de como las leyes se deben cumplir, pero como sin mano izquierda seriamos todos robots.

Quizás este discurso le ha costado a Eastwood no tener ninguna nominación este año a los Oscars, cuando realmente la merecía al igual que el gran maldito de esta ceremonia, el generalmente excelente Di Caprio. Y es que los obtusos siguen estando en forma de jueces en muchos ambitos de la sociedad americana.

0 comentarios: