Machete

No hace tanto tiempo Sam Peckinpah dió una vuelta de tuerca a la forma que veiamos la violencia en la pantalla, la dotó de crudeza y a la vez de belleza. A partir de ahí la violencia explicita en el cine fue creciendo exponencialmente, hasta el momento actual donde ya realmente no hay límite.

Esto ha llevado al género a un estancamiento, los guiones de estas películas no suelen ser muy brillantes y cuando añadimos a eso que lo que vemos nos deja indiferentes, que da igual que maten a uno que a doscientos, el resultado es algo ridículo.

Por ahora una vez agotada la salida de poner cada vez más violencia en las peliculas como reclamo ningún director ha dado con cual será el siguiente paso. En Machete, Robert Rodriguez si que ha dado con una posible via, la risa, la hiperbole como leimotiv. Machete mata de diez en diez, Machete se acuesta con todas las chicas que se cruzan en su camino, Machete improvisa...

Lo gracioso del asunto es que en realidad si uno lo piensa tampoco se diferencia mucho de una película de acción actual, solo en que esta sabe lo que es y nos hace reir desde el primer momento.

Machete no pasará desde luego a la historia del cine, pero el resultado es algo bastante digno y disfrutable.

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