Estamos en el dia de San Valentin del año 1900, en un colegio de pago todo esta preparado para que sus alumnas salgan de excursión a Hanging Rock una formación rocosa que hay cerca. Todo transcurre normalmente hasta que tres chicas y una profesora se pierden en la montaña para no ser encontradas nunca más...
Crítica:
"Todo lo que vemos y lo que parecemos no es más que un sueño dentro de otro sueño” esta frase con la que se abre la película nos advierte que lo que vamos a ver va a tener más bien un carácter poético y que algunas veces no vamos a saber diferenciar lo que es real y lo que no.
El director Peter Weir tomó como referencia el libro de Joan Lindsey para contarnos esta historia "basada en hechos reales" (fue de las primeras películas que se vendió con esta etiqueta), pero viendo el resultado final uno diría que a Weir le importaba más bien poco estos hechos.La película va mucho más allá, nos retrata la sociedad de aquella época, pone especial enfasís en la represión sexual mediante la relación que se crea entre el chico protagonista y las chicas que se pierden e incluso se diría que trata el amor homosexual a través de los sentimientos de una de las chicas que no fue a la excursión por estar castigada.
Picnic en Hanging Rock también se aventura en el terreno de lo fantástico, desde la solemne advertencia inicial acerca de las "criaturas" que se van a encontrar allí (serpientes y hormigas venenosas), al hecho de que se pararan los relojes a la vez o que las chicas que no se adentran en las rocas se quedaran todas durmiendo. Por no hablar de las rocas en si mismas, un terreno donde las chicas se sienten libres y donde la policía no tiene nada que hacer cuando parte en busca de ellas. Solo el chico que las persigue es capaz de romper este encantamiendo.
En definitiva una película mucho más profunda de lo que pueda parecer en un principio y muy digna de rescatar del cajón del olvido.
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